El Gobierno y el ex presidente apuestan al desgaste del agro
El gobierno de Cristina Kirchner rompió el diálogo con el campo y se prepara para una pulseada larga: esperará a que cambie el escenario político para decretar, si lo hace, correcciones a la suba de retenciones al agro, que desataron el conflicto: Néstor Kirchner estimó que la economía resistiría por meses y se aseguró que Gendarmería Nacional mantendrá el orden y sin violencia. Además, apuesta al frío. Según pudo saber LA NACION, Kirchner considera a las bajas temperaturas "un aliado providencial". Los productores, dice, tendrán seis días de desgaste en las rutas hasta el lunes. Y confía en la Gendarmería Nacional para "evitar desbordes y violencia". "Además, les encomendó a los ministros de Justicia y del Interior que la Gendarmería evite desbordes, forcejeos y violencia", dijeron a LA NACION cerca de la Presidenta. Es el ex presidente Néstor Kirchner quien diseña la estrategia, ahora en forma explícita. Mientras Cristina Kirchner preside actos institucionales de la Casa Rosada, la sede del poder se trasladó al PJ. En el consejo nacional, en Matheu 130, Kirchner, jefe político, se prepara para un combate largo. El domingo último, cuando había decidido cortar el diálogo con el agro, lo primero que midió fue la resistencia de la economía. El presidente del Banco Central, Martín Redrado, le informó que hay reservas para sostener el tipo de cambio para varios meses. El ex presidente respiró aliviado. El ministro de Economía, Carlos Fernández, y el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezzoa, le garantizaron que "la recaudación viene bien": el lunes próximo se anunciará la de mayo, que rondará los 24.000 millones de pesos. El superávit fiscal está en orden, le informaron. La estrategia contra el campo, entonces, será de largo aliento. Puede ser una trampa de corto plazo. El efecto del cese de las exportaciones se siente a los tres meses de la interrupción de esas ventas. Hoy ingresan al fisco las divisas de las retenciones de las ventas liquidadas hace 90 días. El otro paso es político. En las reuniones de anteayer en el PJ y las mantenidas en las últimas horas con piqueteros Kirchner comenta que el agro no acepta las correcciones a las retenciones y que sólo admitiría la derogación del impuesto. Y que el Gobierno apuesta a que se dividan: asegura que Coninagro y la Sociedad Rural "están cansadas y quieren abandonar" y que la Federación Agraria y CRA son "las más duras". En el campo lo niegan. Disciplina Kirchner exige disciplinamiento y una campaña de "esclarecimiento" contra el campo y a favor de las retenciones para concientizar a punteros, dirigentes, intendentes y militantes de todo el país. En el PJ decodificaron la expresión del ministro de Planificación, Julio De Vido, "no hay lugar para tibios. El que no suma, resta", como una presión de Kirchner. De Vido distribuye recursos para obra pública y les hizo ganar las elecciones a gobernadores e intendentes. También los puede complicar. "El decreto de correcciones a las retenciones no saldrá por ahora. Cuando el escenario cambie, el agro levante la presión, podría anunciarlas. El escenario cambia cada día", dijo una fuente cercana al jefe del Gabinete a LA NACION. Cristina Kirchner no debe aparecer derrotada. La estrategia la diseña Kirchner día a día. "Hay una radicalización del kirchnerismo, pero sin fuerzas de choque", dijo un miembro del entorno kirchnerista. "Si todo se complica, endureceremos el discurso", completó. En ese núcleo dicen que Kirchner no culpa de golpistas a los pequeños productores. Los asistirá tras la crisis. "Pasará la ambulancia para ellos", dicen. El golpismo que denuncia el ex presidente es de quienes "quieren especular con ganancias ante la debilidad del gobierno de Cristina Kirchner": grandes empresas, pooles de siembra, inversores financieros y exportadores. La estrategia de Kirchner es asfixiar económicamente al campo para conformarlo luego con módicas correcciones y ganar la pelea política. "Lo que está en juego es la pulseada política", dijo un informante. En despachos cercanos a los ministerios de Justicia, de Aníbal Fernández, y del Interior, de Florencio Randazzo, preocupa, antes que nada, evitar la violencia y los desbordes en las rutas. Kirchner teme el costo político. Por ello, D Elía dijo ayer que su campaña concientizadora será mesurada.
Por Mariano Obarrio De la Redacción de LA NACION
fuente www.lnteve.com
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